viernes, 1 de octubre de 2010

AGUADA
Configuración, diseño y comunicación en una plástica de impar expresionismo

De manera imperceptible --como ocurrió entre paracas y nasca-- va surgiendo de la matriz formativa del la cultura ciénaga --300 a.C. - 500 d.C.-- el pueblo de aguada. Su herencia no sólo será social sino también vocacional, en cuanto a su privilegiado don por el diseño visual ejecutado con impar dibujo. Aguada tendrá su desarrollo en el Noroeste argentino entre el
650 - 900 d.C. estableciendo, en distintos asentamientos, el mayor nivel cultural y plástico alcanzado en ese territorio.

Creará una enorme obra de culto con varios tipos formales de vasijas de excelente factura. Éstas, serán soporte de una original iconografía mítica dibujada, incisa y texturada o con pincel, de la omnipresente e idealizada imagen del jaguar. También, vasijas escultóricas donde lo mítico y lo psicológico, unidos en dramático connubio, son a veces gritos de visceral espanto.
Distantes unos de otros, los varios asentamientos de aguada como Hualfín, La Rinconada, Belén, Ambato, etc. determinaron que los artistas plasmaran, de acuerdo con épocas y lugares, la misma mitología pero con distintos criterios morfológicos.

Partiendo del candor de un dibujo casi infantil y proyectado edéticamente como espontánea expresión, hasta aquellos de alta madurez configurada, elaborados con insistentes rediseños, la fluidez gráfica se desenvuelve con permanente pensar mítico. Sendos tipos morfológicos, fueron plasmados incisos o con pincel, elaborando un melodioso lenguaje lineal-textural de barroca consumación. Son dibujos intimistas que trasmiten con normativa agresividad el obsesivo dogma felínico de una casta gobernante y guerrera y de una comunidad creyente.
De esta manera, un profundo misticismo ostentoso y ceremonial se proyecta cual catarata en un pensamiento visual de poética imaginería metafísica. Así, aquel pueblo, como Ser colectivo expresó con infinidad de feroces ideografías su cosmovisión mitológica. Tales figuraciones, de continuo abstractizadas con centrípeta y equilibrada composición, desarrollan sobre y con los ceramios una vasta ideología sobre el poder totémico del jaguar y cósmica solar, y una desgarrante catársis expresiva que apunta a la comunicación religiosa y militar.

Entre el enorme acervo de aguada se destacan las urnas de Ambato como paradigma de cabal estética formal, donde los dibujos incisos del dios jaguar conforman un corpus creativo de inspirado y enfático rediseño.
Fue una continuada creatividad, producto de dotados artesanos ceramistas y adultos artistas dibujantes que resuelven, con esmerados detalles, encadenadas morfologías felínicas como alter ego protector y guerrero.
Aguada muestra una consumación expresiva de volitiva constancia, compuesta con similar magnitud gráfico-plástica que mochicas, mayas o los sellos mexicanos, plasmando uno de los acervos más relevantes de la iconografía amerindia.

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